1.-.EDUCACION EN LA COLONIA
La educación EN LA COLONIA presento las siguientes características:
• Sólo las clases altas y adineradas como la nobleza de los españoles y los descendientes de la nobleza Inca recibían el privilegio de la educación. Debemos señalar que el pueblo, los indios y los mestizos recibían una educación pero en este caso era impartida por sus padres, el cual fue prohibido por la iglesia y paraeliminar esta prédica, la iglesia implantó las clases parroquiales, posteriormente las escuelas,para que se olviden de sus creencias ancestrales. Y se sometan a la nueva religión, alnuevo orden social, político y económico.
• Las numerosas materias que se enseñaban, se realizaban sin ningún patrón preestablecido, es decir no había un programa de enseñanza.
• Era muy religiosa ya que la educación era responsabilidad de las diferentes órdenes religiosas y la enseñanza estaba a cargo de los sacerdotes,se enseñaba cursos como la teología, sagradas escrituras.(Educación escolástica).
• Finalmente podemos decir que la educación estaba basada en el "memorismo", ya que todas las clases que se impartían debían de aprenderse de memoria, sin omitir ninguna palabra ni detalle alguno.
La educación en las mujeres era diferente a la de sus pares masculinos, pues sus educadores se dedicaban a enseñarles a leer, a dominar labores manuales, a preparar apetitosos platos y a tocar algún instrumento musical; y de que también aprendiera la doctrina cristiana y practicara las virtudes marianas de castidad, obediencia, laboriosidad y piedad. La idea de que se debían educar todas las mujeres, independientemente de su posición social, no surgió hasta fines del periodo colonial y fue uno de los cambios más importantes en la actitud de la sociedad frente al sexo femenino.
ESTRUCTURA DE LOS ESTUDIOS:
Los estudios se dividían en:
Primeras letras y estudios mayores. La división entre estas etapas era flexible y dependía mayormente de la habilidad del estudiante. No existía una correspondencia clara entre la edad del estudiante y su nivel de aprendizaje.
1. LAS PRIMERAS LETRAS , Se dio a través de las escuelas conventuales, parroquiales y las escuelas misionales. Consistían en la enseñanza del castellano, lectura , cantar así como los preceptos básicos, la escritura y las operaciones básicas de la aritmética, estos estudios podían realizarse con un tutor particular o en alguna escuela conventual, al concluir esta etapa podían iniciarse los estudios menores que se centraban en el aprendizaje del latín, en aquella época el latín era el lenguaje universal del conocimiento, lo que hoy en día sucede con el inglés. Para la enseñanza del latín el texto más usado fue la Gramática Latina de Nebrija, los estudiantes además debían leer a Cicerón, Horacio, Virgilio, etc.
Además también, se estudiaba la realidad del País, esto con el fin de divulgar un mejor conocimiento del Perú hasta entonces muy olvidado, siendo el resultado de estos estudios el nacimiento de las ideas emancipadoras y de independencia.
Como en toda escuela , los sacerdotes se preocupaban porque los hijos de los españoles dejasen la baja cultura y se nutran con la enseñanza del idioma español, los cálculos matemáticos para el comercio fueron muy importantes y las ciencias de ingeniería, claro, para explotar todas las riquezas del país donde vivían.
Los estudios más avanzados sólo se recibían en Lima.
Como ya explicamos ,los encargados de la educación en el virreinato fueron en especial las autoridades eclesiásticas como los sacerdotes a través de las órdenes religiosas, tanto en el idioma castellano como en lenguas aborígenes.
2. LOS ESTUDIOS MAYORES , Al hablar de este tipo de estudios distinguimos dos tipos de instituciones: universidades y colegios reales (llamados también colegios mayores ). Para una mejor comprensión estableceremos la siguiente diferencia:
En los colegios reales, cuyos estudiantes generalmente vivían internos, se impartían los mismos cursos que se dictaban en la Universidad de San Marcos, ya que cumplían una suerte de función auxiliar con determinadas universidades, como el caso de los colegios San Felipe y San Martín, que servían de internado para los alumnos de la Universidad de San Marcos. Luego si querían obtener el grado académico correspondiente (bachiller, maestro, doctor) debían rendirlos exámenes en San Marcos. Entre los colegios reales más famosos en la ciudad de Lima podemos mencionar:
En el virreinato del Perú existieron muchos colegios, entre los principales podemos mencionar a los siguientes:
- Los Colegios de San Pedro y San Pablo, bajo la responsabilidad de los Jesuitas en la ciudad de Lima, fundado en 1568; en esta escuela se impartían clases de Arte, filosofía, y el estudio de las lenguas nativas del Perú.
- Colegio de San Felipe, destinado a los hijos de los conquistadores, a cargo de sacerdotes del Arzobispado de Lima, y el Colegio de San Marcos, cuyo director era el mismo rector de la Universidad de San Marcos, fundados por el Virrey Toledo en 1575.
- El Colegio Real de San Martín, fundado por el Virrey Don Martín Enríquez de Almanza el 11 de Agosto de 1582, donde se realizaron estudios de jurisprudencia. Fue el colegio más importante de su época, abierto para la aristocracia limeña. Fue clausurado al ser expulsados los jesuitas en 1767. De manera similar en la ciudad del Cuzco los jesuitas crearon el Colegio Real de San Bernardo para la aristocracia criolla del Cuzco.
Al ser expulsados los jesuitas de las colonias españolas, de la unión de los colegios reales de San Martín y el de San Felipe y San Marcos nacería el celebre Convictorio Carolino.
- San Idelfonso, regentado por los Agustinianos.
- San Antonio de Abad (Cusco), que dio origen a la Universidad.
- Colegio de San Pedro de Nolasco, fundado en Lima, a cargo de los Mercedarios, cuyas instalaciones hasta hoy se conservan.
- El Colegio del Príncipe, creado por Real Cédula del Rey Carlos III, durante el gobierno del Virrey Francisco de Borja y Aragón "Príncipe de Esquilache", regendado por los Jesuitas , se fundó en Lima, y San Francisco de Borja en el Cusco, destinado a los hijos de los caciques, los cuales recibían enseñanzas del castellano, religión, etc. Desapareció en 1767 con la expulsión de los Jesuitas.
- Colegio de Huancavelica, fundado por los jesuitas en 1709.
- Colegio de la Villa de Moquegua fundado en 1711 por los jesuitas.
- Colegio de Ica fundado en 1719 fundado por los jesuitas.
- Colegio de San Carlos fundado en 1770, siendo virrey Manuel Amat y Junient, se creó en compensación de la expulsión de los jesuitas, funcionó en lo que hoy es la casona de San Marcos. Fue en este colegio donde Don Toribio Rodríguez de Mendoza y Fray Diego Cisneros iniciaron los movimientos de la reforma en la enseñanza.
- Santo Tomás, a cargo de los Dominicos.
- San Buenaventura a cargo de los franciscanos

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Real Convictorio de San Carlos

Casona de San Marcos, en este local funcionó hasta 1866 el Real Convictorio de San Carlos, actualmente es el Centro Cultural de la Universidad de San Marcos.
En sus inicios, fue creado para servir de residencia para los alumnos de la Universidad de San Marcos, de acuerdo a Real Cédula del 9 de julio de 1769 y el decreto del 15 de junio de 1770 del virrey Amat, que fusionaba Colegio Real de San Martín y Colegio Mayor de San Felipe y San Marcos, el primero de los cuales estaba bajo la administración de la expulsada orden jesuita.
Los requisitos necesarios para entrar en él se hacían en función de eliminar a "los que no tuviesen limpieza de Sangre, buena crianza y costumbre", además de estar en la obligación de saber latín y estar matriculado en la Universidad de San Marcos. Su primer rector fue José Lasso y Mogrovejo.
A pesar del empeño que se puso por renovar los estudios y distanciarlos de la enseñanza tradicional, desde temprano se dio en San Carlos una cercanía con el énfasis en la Teología, aplicándose ésta al tratamiento de los problemas cotidianos, lo que le valió la burla de los personajes del Diálogo satírico de los palanganas Veterano y Bisoño.
Durante el periodo colonial no fueron pocas las veces que sufrió intervención, especialmente en las materias de estudio. Los ingresos no fueron problema menor, pues en varias oportunidades se veían privados de las rentas asignadas, alterando su normal desempeño. Esto se dio de manera clara con el Informe (1816) que Toribio Rodríguez de Mendoza como rector hiciera al virrey Joaquín de la Pezuela, ocasionando el cierre del Convictorio (octubre de 1817).
Época Republicana
Su reapertura se dio el 19 de noviembre de 1822 sin ninguna modificación en su plan de estudios mientras que el Reglamento del 26 de octubre de 1826 sólo acentuó el énfasis humanista y jurídico de los cursos, prescindiendo de las ciencias. La novedad la constituyó que el Colegio del Príncipe fue anexado al Convictorio, siendo señalados para sus rentas un fondo del Estado para el pago de 24 becas, el producto de las fincas que le pertenecían, una asignación anual sobre la caja de amortizaciones, las rentas de los desaparecidos Colegio y Universidad de San Pedro Nolasco y Colegio de San Ildefonso, así como las pensiones de los alumnos.
Sin embargo, una resolución del Congreso del 13 de noviembre de 1829 dispuso que continuara rigiendo el plan de estudios imperante en el régimen colonial, derogando el reglamento anterior. A éste siguieron otros decretos:
La orientación liberal de San Carlos se acentuaría con el rectorado de José Gálvez (hermano de Pedro y luego héroe del combate del 2 de mayo de 1866), aunque su paso fue fugaz, siendo reemplazado por Antonio Arenas. El nuevo rector provocó un incidente que culminó con la intervención de la Convención Nacional en la revisión de los textos empleados para la enseñanza.
No pasaría mucho para que San Carlos se orientara hacia un liberalismo moderado alejándose de la línea conservadora que lo había distinguido por muchos años. el convictorio funcionó hasta 1866, año en que se convirtió en la Facultad de Humanidades y en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos.
Sin embargo, una resolución del Congreso del 13 de noviembre de 1829 dispuso que continuara rigiendo el plan de estudios imperante en el régimen colonial, derogando el reglamento anterior. A éste siguieron otros decretos:
- Nuevo reglamento (11 de agosto de 1835).
- Sobre el uso de emblemas que debían portar los colegiales (15 de junio de 1836).
- Referido a becas, horario escolar y trajes (9 de diciembre de 1836).
- Ordenando que sólo podían matricularse los hijos legítimos (10 de febrero de 1840).
La orientación liberal de San Carlos se acentuaría con el rectorado de José Gálvez (hermano de Pedro y luego héroe del combate del 2 de mayo de 1866), aunque su paso fue fugaz, siendo reemplazado por Antonio Arenas. El nuevo rector provocó un incidente que culminó con la intervención de la Convención Nacional en la revisión de los textos empleados para la enseñanza.
No pasaría mucho para que San Carlos se orientara hacia un liberalismo moderado alejándose de la línea conservadora que lo había distinguido por muchos años. el convictorio funcionó hasta 1866, año en que se convirtió en la Facultad de Humanidades y en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos.
Rectores carolinos
Entre los rectores que rigieron esta el Convictorio San Carlos de Lima [1], desde sus orígenes hasta 1836, es posible anotar:- José Lasso y Mogrovejo, en 1771.
- José Francisco de Arquellada, en 1772.
- Toribio Rodríguez de Mendoza , en 1787.
- Carlos Pedemonte, en 1817.
- José Cavero y Salazar, en 1819.
- Juan de Dios Olaechea, en 1825.
- Manuel José Pedemonte, en 1828.
- Juan Manuel Nocheto, en 1830.
- Matías Pastor, en 1833.
- Jerónimo de Agüero, en 1836.
3.-.
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (siglas: UNMSM) es una universidad pública ubicada en la ciudad de Lima, Perú. Es la institución educativa más importante del país, y oficialmente la primera universidad peruana y la más antigua de América.[9] Tuvo sus inicios en los estudios generales que se brindaron en los claustros del convento del Rosario de la orden de Santo Domingo hacia 1548. Su fundación oficial fue gestada por fray Tomás de San Martín y se concretó el 12 de mayo de 1551 con el decreto del emperador Carlos V,[10] en 1571 adquiere el grado de pontificia otorgado por el papa Pío V con lo que termina siendo nombrada como "Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de los Reyes de Lima".[11] Siendo reconocida por la Corona española como la primera universidad de América fundada oficialmente por Real Cédula, es referida como "Universidad de Lima" entre 1551 y 1821, durante el Virreinato.[12] En los tiempos de la emancipación adquiere un rol principal al ilustrar a varios de los líderes gestores de la independencia del Perú.[13] Después de la proclamación de la independencia y durante la república mantiene de manera coloquial su denominación como "Universidad de Lima" hasta 1946, en que se oficializa su nombre actual y denominación como universidad nacional.[14]
La Universidad de San Marcos está considerada como la institución peruana de educación superior más importante y representativa por su «tradición, prestigio, calidad y selectividad de ingreso»,[15] [16] siendo además calificada y reconocida como uno de los principales centros de investigación científica y social del Perú.[17] Está considerada como la mejor del Perú según la mayoría y más recientes rankings de universidades: el ranking universitario del Perú por la ANR y auspiciado por la UNESCO,[15] [16] el University Ranking by Academic Performance de 2010,[18] 2011[19] y de 2012[20] por URAP Center, el QS World University Rankings de 2011/12[21] [22] y de 2012/13,[23] [24] y el ranking mundial de universidades de 2011-I[25] [26] y de 2012-I por CSIC conocido como Webometrics, ubican a la Universidad de San Marcos en el 1° lugar a nivel nacional.[27] Además, es la única universidad peruana que cuenta con Acreditación Institucional Internacional que certifica su calidad académica y administrativa.[28] [29] [30] [31] Diversos peruanos y latinoamericanos influyentes, pensadores, investigadores, científicos, políticos y escritores han salido de sus aulas;[32] todos reconociendo y valorando el alto nivel de enseñanza, el prestigio que goza la universidad y la activa e importante participación intelectual que tuvo la universidad y su alumnado a través de la historia del Perú.[33] La Universidad de San Marcos ha sido referida muchas veces como un reflejo del Perú por manifestar los avances y las limitaciones que eventualmente tiene el país, además de la valorada la diversidad, preparación y activismo de su alumnado.[34] El único peruano laureado con el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa,[35] [36] es egresado de esta casa de estudios.[37] [38] [39] [40] [41] [42]
En sus más de 460 años de funcionamiento la Universidad de San Marcos ha pasado por varios locales, de los cuales mantiene y destacan la "Casona de San Marcos", local histórico de la universidad con más de 400 años de historia y que en la actualidad es sede de las principales actividades culturales y de otorgamientos de altos grados por parte de la universidad; el actual local de la Facultad de Medicina "San Fernando", inaugurado en 1901 para la primera escuela de medicina del país; y la llamada "Ciudad Universitaria", que desde 1960 es su sede principal, allí se ubican la mayoría de facultades, la biblioteca central, el estadio universitario y el rectorado, y se desarrollan la mayoría de actividades académicas y de investigación. Todos estos locales se ubican en el Cercado de Lima. La Universidad de San Marcos cuenta actualmente con 62 escuelas académico-profesionales,[43] agrupadas en 20 facultades,[44] y éstas a su vez en 6 áreas académicas,[45] siendo la universidad peruana que abarca mayor cantidad de materias universitarias. Todas las facultades ofrecen tanto programas de pregrado como de posgrado. Cuenta además con diversos centros, instituciones y dependencias, como su centro cultural, museos, bibliotecas, clínica y consultorios universitarios, fondo editorial, entre otros.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad Nacional Mayor de San Marcos | |
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![]() Latín: ACADEMIA S. MARCI VRBIS REGVM IN PERV Academia de San Marcos de la Ciudad de los Reyes en el Perú | |
Acrónimo | UNMSM, USM, SM |
Alias | Universidad de San Marcos, San Marcos, Universidad del Perú, Decana de América |
Lema | «Universidad del Perú, Decana de América» |
Tipo | Universidad pública |
Fundación | 12 de mayo de 1551 (461 años) |
Localización | |
Dirección | Av. Venezuela cdra. 34 - Av. Universitaria s/n., Lima (Campus principal: 0.69 km²)![]() ![]() |
Coordenadas | Coordenadas: mapa) ( |
Otras sedes | Anexo:Locales de la UNMSM |
Campus | Ciudad Universitaria (Av. Venezuela cdra. 34 - Av. Universitaria s/n., Lima) Centro Cultural San Marcos (Av. Nicolás de Piérola 1222 - Parque Universitario, Lima) Campus San Fernando (Av. Grau 755, Lima) |
Academia | |
Estudiantes | 32.092 (2010)[1] [2] |
• Pregrado | 28.645 (2010)[1] [2] |
• Postgrado | 3.447 (2010)[1] [2] |
Mascota | León |
Colores académicos | Magenta Blanco Azul Metálico |
Administración | |
Rector | Dr. Pedro Cotillo Zegarra[3] |
Vicerrector | Académico: Dra. Antonia Castro Rodríguez[4] de Investigación: Dr. Bernardino Ramírez Bautista[5] [6] |
Afiliaciones | Alianza Estratégica, AUIP, IAU, OUI, Red IDi, UDUAL, Universia. |
Financiamiento | PEN S/. 350.642.662 (2011)[7] [8] |
www.unmsm.edu.pe | |
![]() |
La Universidad de San Marcos está considerada como la institución peruana de educación superior más importante y representativa por su «tradición, prestigio, calidad y selectividad de ingreso»,[15] [16] siendo además calificada y reconocida como uno de los principales centros de investigación científica y social del Perú.[17] Está considerada como la mejor del Perú según la mayoría y más recientes rankings de universidades: el ranking universitario del Perú por la ANR y auspiciado por la UNESCO,[15] [16] el University Ranking by Academic Performance de 2010,[18] 2011[19] y de 2012[20] por URAP Center, el QS World University Rankings de 2011/12[21] [22] y de 2012/13,[23] [24] y el ranking mundial de universidades de 2011-I[25] [26] y de 2012-I por CSIC conocido como Webometrics, ubican a la Universidad de San Marcos en el 1° lugar a nivel nacional.[27] Además, es la única universidad peruana que cuenta con Acreditación Institucional Internacional que certifica su calidad académica y administrativa.[28] [29] [30] [31] Diversos peruanos y latinoamericanos influyentes, pensadores, investigadores, científicos, políticos y escritores han salido de sus aulas;[32] todos reconociendo y valorando el alto nivel de enseñanza, el prestigio que goza la universidad y la activa e importante participación intelectual que tuvo la universidad y su alumnado a través de la historia del Perú.[33] La Universidad de San Marcos ha sido referida muchas veces como un reflejo del Perú por manifestar los avances y las limitaciones que eventualmente tiene el país, además de la valorada la diversidad, preparación y activismo de su alumnado.[34] El único peruano laureado con el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa,[35] [36] es egresado de esta casa de estudios.[37] [38] [39] [40] [41] [42]
En sus más de 460 años de funcionamiento la Universidad de San Marcos ha pasado por varios locales, de los cuales mantiene y destacan la "Casona de San Marcos", local histórico de la universidad con más de 400 años de historia y que en la actualidad es sede de las principales actividades culturales y de otorgamientos de altos grados por parte de la universidad; el actual local de la Facultad de Medicina "San Fernando", inaugurado en 1901 para la primera escuela de medicina del país; y la llamada "Ciudad Universitaria", que desde 1960 es su sede principal, allí se ubican la mayoría de facultades, la biblioteca central, el estadio universitario y el rectorado, y se desarrollan la mayoría de actividades académicas y de investigación. Todos estos locales se ubican en el Cercado de Lima. La Universidad de San Marcos cuenta actualmente con 62 escuelas académico-profesionales,[43] agrupadas en 20 facultades,[44] y éstas a su vez en 6 áreas académicas,[45] siendo la universidad peruana que abarca mayor cantidad de materias universitarias. Todas las facultades ofrecen tanto programas de pregrado como de posgrado. Cuenta además con diversos centros, instituciones y dependencias, como su centro cultural, museos, bibliotecas, clínica y consultorios universitarios, fondo editorial, entre otros.
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RELIGION EN LA COLONIA
RELIGION EN LA COLONIA
Una profunda fe en Dios, en la Virgen María y en la corte celestial, alumbró el mundo espiritual del conquistador y del criollo. La inspiración espiritual reposaba también en una acentuada fidelidad al magisterio de la Iglesia. La estrecha unión con el Estado confundió los fines de ambos que aparecieron, por así decirlo, actuando en un solo sentido. Esta comunión provenía desde tiempos remotos, cuando la religión había hecho posible la unificación de España. 1
La religión en la época colonial fue un gran cambio para los indígenas, ya que no entendían el objetivo ideal de los españoles, el de evangelizar.
Durante el periodo colonial surgió ¨El tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Lima´´. La llegada del santo oficio a las colonias americanas no sólo fue un evento de orden eclesiástico, ya que sus intenciones iban más allá y se internaban en los aspectos del control ideológico y político de la población urbana. Sobre todo en un territorio nuevo abierto a una serie de posibilidades de desarrollo cultural y económico, como también a la llegada de nuevos actores sociales como los extranjeros, temidos siempre por ser parte de otras tradiciones nacionales y culturales o por ser miembros de minorías religiosas, que fueron excluidas de los espacios reconocidos tanto como cristianos viejos o nacidos en la tradición hispánica.
En los dos siglos y medio de la Inquisición en Lima, cuya jurisdicción comprendía los territorios actuales del Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, el Tribunal sentenció a 1474 personas, aproximadamente, la mayoría de las cuales fue condenada a pagar multas, rezar oraciones, colocarse el sambenito, etc. El total de los casos en que se aplicó la pena de muerte fue de 32; la mitad de ellos quemados vivos y otros tantos condenados al garrote 4.
La religión en la época colonial fue un gran cambio para los indígenas, ya que no entendían el objetivo ideal de los españoles, el de evangelizar.
“La religiosidad colonial podía cobrar formas diversas y aun contradictorias en apariencia, dependiendo del sector social al que nos remitamos, del espacio que estudiemos, o del contexto histórico en el cual se desenvuelve nuestro objeto de estudio. En el Perú la naturaleza de esta religiosidad y de las formas en las que se expresó le debe mucho al catolicismo presente desde el momento mismo de la conquista, pero también es tributaria de los propios cultos locales prehispánicos e incluso de los cultos africanos introducidos a América por los esclavos negros.” 2Una de las formas que la religiosidad colonial desarrollo con notable vigor fueron las cofradías. Una ofradía era una asociación laica de culto con carácter cooperativista, en tanto que el objetivo primordial era la celebración y cuidado de una imagen divina(santo patrón, santa patrona o dios mismo en el santísimo sacramento o Jesucristo) , y donde además los miembros podían obtener una serie de beneficios a cambio del cumplimiento de una serie de obligaciones (pago puntual de las contribuciones monetarias, asistencia a las celebraciones litúrgicas, administración eficiente de los bienes de las cofradías, etc.) estipuladas en dos tipos de “contratos” especialmente preconcebidos llamados constituciones y cartas de hermandad 3.
Durante el periodo colonial surgió ¨El tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Lima´´. La llegada del santo oficio a las colonias americanas no sólo fue un evento de orden eclesiástico, ya que sus intenciones iban más allá y se internaban en los aspectos del control ideológico y político de la población urbana. Sobre todo en un territorio nuevo abierto a una serie de posibilidades de desarrollo cultural y económico, como también a la llegada de nuevos actores sociales como los extranjeros, temidos siempre por ser parte de otras tradiciones nacionales y culturales o por ser miembros de minorías religiosas, que fueron excluidas de los espacios reconocidos tanto como cristianos viejos o nacidos en la tradición hispánica.
En los dos siglos y medio de la Inquisición en Lima, cuya jurisdicción comprendía los territorios actuales del Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, el Tribunal sentenció a 1474 personas, aproximadamente, la mayoría de las cuales fue condenada a pagar multas, rezar oraciones, colocarse el sambenito, etc. El total de los casos en que se aplicó la pena de muerte fue de 32; la mitad de ellos quemados vivos y otros tantos condenados al garrote 4.

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ARTE en la COLONIA
El arte durante los primeros años virreinales fue exclusividad de los religiosos y su uso tuvo un fin práctico, principalmente en el adoctrinamiento. La ciudad de Lima jugó un rol preponderante en el desarrollo del arte en el virreinato del Perú. Su rápido crecimiento urbano, la acumulación de riqueza por parte de los encomenderos y la construcción de templos e iglesias fueron motivos para la demanda de pinturas y esculturas de las principales ciudades de los reinos españoles. Especial preferencia se tuvo por las obras provenientes de Flandes e Italia, aunque las obras sevillanas y andaluzas tuvieron igualmente gran demanda.
Lima, como centro político del más importante virreinato durante el siglo XVI, fue plaza importante para destacados artistas que no dudaron en venir y ofrecer su arte a la iglesia. Destacan Angelino Medoro, Bernardo Bitti, Mateo Pérez de Alesio, entre otros. Otro rasgo importante en la evolución de las artes durante la colonia lo constituye la exquisitez de la arquitectura religiosa. Los templos fueron encomendados a alarifes que dominaban las técnicas de la edificación en piedra y barro, por lo que erigieron obras de buena factura, muy superior a las realizadas en otras partes del continente.
En el interior del virreinato la situación no fue diferente. En Cuzco, Arequipa, Cajamarca, Huamanga, Puno y Trujillo hubo una clara tendencia hacia la búsqueda de lenguajes propios, basados en la utilización de elementos locales. La utilización del sillar en Arequipa o la Piedra en el Cuzco es muestra clara de la adaptación del arte europeo y su transformación para el uso local.
El barroco dominó casi por dos siglos las artes en el Perú e impuso su sello en la pintura, escultura, arquitectura, música y literatura. El siglo XVIII se caracterizó por la llegada de nuevas tendencias procedentes de Francia, Austria y Alemania. Las artes ya no fueron exclusividad de los religiosos, por el contrario, fueron los civiles y la corte los principales compradores de estas tendencias. Uno de estos estilos fue el rococó. Impulsado por los reyes borbónicos, este estilo manifiesta un gusto exquisito y refinado, mostrándose principalmente en la pintura y la arquitectura. Destaca la torre de la catedral de Santo Domingo, bello ejemplo de rococó en el Perú y atribuida al diseño del mismo virrey Manuel Amat y Juniet.
Por otro lado, los indígenas fueron apropiándose poco a poco del lenguaje artístico traído por los españoles. Otros, los más hábiles, lograron plasmar sus creencias en pinturas representativas de la Sagrada Familia, superponiendo para ello elementos andinos sobre figuras sagradas.

ARQUITECTURA :

Los claustros fueron uno de los tipos de edificios más difundidos en el Virreinato del Perú como el Claustro redondo de Santo Tomás en Lima
El siglo XVII estuvo marcado por la llegada del barroco. Este estilo arribó al Perú en un momento de gran madurez artística de los alarifes afincados en el Perú. La reinterpretación del estilo y su adaptación al medio local hicieron de la arquitectura virreinal peruana una expresión nueva y original del barroco americano. Mientras el barroco se afianzaba, en el Perú hubo un cambio en la construcción y diseño de las naves. Las iglesias dejarían las plantas isabelinas y se adaptaron a la cruz latina con bóveda de cañón y cúpulas en el crucero. Son ejemplo del barroco San Francisco el viejo, Iglesia de las Trinitarias, Iglesia de La Merced, la Portada del Perdón de la Catedral de Lima, Santo Domingo, San Francisco, Santa Catalina en Cuzco, etc. A este estilo también pertenece el Palacio de Torre Tagle. Otro estilo que tuvo mucha aceptación en el Perú virreinal fue el churrigueresco, ejemplos de esto lo constituyen los templos de San Agustín y San Marcelo en Lima así como los retablos en pan de oro de muchas de las iglesias virreinales del Perú.
En las ciudades, la vivienda tuvo una fuerte influencia peninsular, especialmente andaluza. Fueron casas de uno o dos pisos, con un zaguán en el ingreso. Usualmente, este zaguán permanecía abierto todo el día pues a él llegaban los vendedores ambulantes o las visitas. Un patio dominaba el ingreso rodeado de los dormitorios y habitaciones principales. En el primer piso se encontraba la sala que usualmente conectaba a un segundo patio y finalmente a la cocina. Muchas casas en Lima tuvieron huertas en las que cultivaban productos de pan llevar. Las casas de dos pisos tuvieron usualmente un balcón cerrado por donde se podía observar la calle. En el siglo XVI y XVII estos balcones poseían celosías, a fines del XVIII y principios del XIX se construyeron bajo los cánones del neoclasicismo y del estilo imperio, imponiéndose el uso de ventanas de guillotina, como se puede apreciar en la Casa de Osambela en Lima. Los balcones de Lima le confirieron a esa ciudad una personalidad propia, ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como en la capital del Virreinato del Perú.
Pintura

La adoración de los Reyes Magos, pintura anónima realizada entre 1740 y 1760, perteneciente a la Escuela cusqueña de pintura. Es una representación mestiza de una célebre pintura de Rubens
En la etapa inicial del virreinato la pintura recibió, aparte de la evidente influencia española, una determinada influencia italiana, debido a la llegada de muchos artistas de ese país al Perú. El primer italiano en llegar fue el jesuita Bernardo Bitti, quien desde 1575, difundió su obra por todo el virreinato, a pesar de que su taller se encontraba en Lima. Con la llegada de Bitti se produce la época de mayor auge de la influencia del renacimiento italiano en el virreinato. Junto al maestro jesuita Bernardo Bitti destacan, dentro de la corriente italiana llegada al Perú, Mateo Pérez de Alesio y Angelino Medoro.
Los primeros síntomas de las nuevas corrientes naturalistas barrocas llegaron al virreinato peruano con las pinturas encargadas en 1608 por el provincial de la Orden de Santo Domingo a los sevillanos Miguel Güelles y Domingo Carro para el convento de Nuestra Señora del Rosario o de Santo Domingo de Lima. La serie, dedicada a la vida de santo Domingo de Guzmán, debía constar de cuarenta y un lienzos de los que se conservan treinta y seis. Aunque desiguales de factura, se advierte en ellos una combinación de idealismo aún manierista e incipiente naturalismo muy característica de la pintura sevillana del momento y que iba a serlo también de la pintura local del siglo XVII.[8] En este siglo la proliferación de aristas españoles propició la apertura de varios talleres no solo en Lima, sino también en las principales ciudades del virreinato peruano. Estos talleres tuvieron en Zurbarán (artista español, 1598-1664) uno de sus principales referentes. Muchos de sus cuadros fueron copiados o sirvieron de molde para nuevas producciones. De igual manera, algunas de sus obras llegaron al Perú y fueron motivo de orgullo y satisfacción para la orden religiosa que lo había encargado (En Lima algunas de sus obras se pueden apreciar en la iglesia de la Buena Muerte).
En el siglo XVII, surgió una pintura mestiza, cuya máxima expresión sin duda se dio en el Cuzco; convirtiéndose así en uno de los referentes pictóricos más importantes del virreinato. La presencia de Bernardo Bitti (1583-1585 y 1596-1598) en el Cuzco tuvo un gran impacto en la plástica cusqueña. Sin embargo, a pesar de que el "movimiento italiano" fue base para muchas de las obras producidas en esta ciudad, lo cierto es que se empezó a dejar elementos y a incorporarse otros propios de la región. En otras palabras, se desarrolló con los años una personalidad y lenguaje diferenciado que sin duda reflejan la personalidad de los pintores (la gran mayoría andinos y mestizos) y también cual era su base de inspiración (fue Rubens el artista predilecto por los talleres cusqueños), dando así lugar al estilo denominado “Escuela cuzqueña de pintura“; que se caracteriza por el colorido brillante y profusa riqueza de los retratos y marcos. Sus principales representantes fueron: Diego Quispe Tito, Basilio de Santa Cruz Pumacallao, Juan Espinoza de los Monteros, Marcos Zapata, Basilio Pacheco; aunque la mayoría de los obras de esta escuela es de artistas anónimos fueron los verdaderos impulsores de la corriente cusqueña pues a su trabajo le añadieron los elementos propios de la cultura local.
Durante el siglo XVIII, Lima continuó produciendo pinturas barrocas de gran influencia hispana. Sin embargo el arte ya no fue exclusividad de la iglesia. La corte virreinal y la nobleza tuvieron acceso a la pintura a través de los retratos. Estas pinturas eran más festivas y con un lenguaje pictórico mucho más profuso que el del siglo anterior. Las pinturas de Cristóbal de Lozano y Cristóbal de Aguilar son las más afamadas, pues retrataron a los virreyes más importantes del siglo de las luces.
Escultura
La escultura, al igual que todas las artes, fue introducida al virreinato peruano por la iglesia. La escultura virreinal produjo obras maestras, tanto por las delicadeza y minuciosidad en los detalles, como por la magnifica expresión del conjunto. Se esculpieron, mayormente, imágenes religiosas, para embellecer los altares, en los que predominaba el dorado y la policroma; igualmente, otras estatuas de santos, como aquellas que adornan las fachadas de los templos, a la vez de altares, púlpitos y confesionarios. En todos los casos se empleó mayormente, la madera y excepcionalmente la piedra. La presencia de maestros españoles durante el siglo XVI y principios del XVII consolidó a Lima como importante fuente de producción escultórica.
Entre las más importantes escultures del virreinato figuran Juan Martínez de Arrona, excelente ebanista especializado en cajonería religiosa. Su obra más importante es la Cajonería de la Catedral (1608) realizada bajo los cánones del renacimiento pues debía armonizar con el estilo de Francisco Becerra, alarife de la catedral. Otro importante escultor fue Pedro de Noguera, autor de la Sillería de la Catedral (1532), acaso la obra escultórica más bella de Lima construida en el siglo XVII. De los talleres del andaluz Juan Martines Montañéz (1568-1649) destaca el retablo del Monasterio de la Concepción (actualmente se encuentra en la Catedral de Lima). Este gran retablo describe en sus relieves la vida San Juan Bautista y fue enviado, desde Sevilla, durante quince años a la Ciudad de los Reyes (1607-1622).
Otra obra importante es la escultura de Melchor Caffa titulada "El tránsito de Santa Rosa" (1699). De origen maltés, Caffa se educó en Roma, por lo que la obra en honor a la santa peruana posee bastante parecido con la Santa Teresa de Jesús de Bernini.
En el siglo XVII, ocupa un lugar especial la obra del mestizo Baltazar Gavilán. Con un manejo exquisito del barroco, sus obras imprimen un realismo sin precedentes en la plástica peruana. Destacan La dolorosa realizada para el convento de San Francisco y La Muerte, para la iglesia de San Agustín. De 1.95 m, esta escultura representa el fin de la vida (esqueleto con un arco y flecha en la mano) y según una tradición de Ricardo Palma fue el mismo Gavilán víctima de esta obra, pues, cuenta la leyenda, que tras una pesadilla el autor se levantó y a media luz se encontró con la horrible figura de "La muerte", muriendo de la impresión.
6.-.LITERATURA
Las primeras manifestaciones literarias del Perú virreinal recibieron marcada influencia renacentista e italiana, expresada en los depurados modelos grecolatinos en prosa y verso (gusto aristocrático). Luego, el florecimiento de la literatura española entre los siglos XVI y XVII, el llamado siglo de oro, sentaron su influencia sobre las letras peruanas, pero sus características, al fusionarse con el espíritu del Perú virreinal, dieron resultados que prestigian a la literatura mestiza.
Los principales representantes fueron:
- Inca Garcilaso de la Vega, autor de la célebre obra Los comentarios reales de los incas y La florida del inca.
- Juan de Espinosa Medrano, su obra titula Apología a favor de Don Luis de Góngora y Argote.
- Antonio de León Pinelo, autor de Paraíso en el Nuevo Mundo.
- Pedro Peralta y Barnuevo, escribió numerosas obras de las que se destaca Lima Fundada.
- Amarilis, desconocida poeta huanuqueña, que escribiera Epístola a Belardo (dirigida al dramaturgo español Lope de Vega)
- Diego de Hojeda, autor de La Cristiada.
- Juan del Valle y Caviedes, autor de Diente del Parnaso.
- Pedro de Oña, autor de Arauco Domado.
- Juan de Miramontes y Zuazola, autor de Armas Antárticas.
- Diego Dávalos Figueroa, autor de Miscelánea Austral.
- Otros destacables literatos coloniales fueron: Juan Dávalos de Ribera, Sancho de Ribera, Toribio Rodrigues de Mendoza, José Eusebio del Llano Zapata, Pablo de Olavide y José
- Hipólito Unanue.

Teatro
Las representaciones escénicas o teatrales surgieron a comienzos del virreinato. Fueron los jesuitas, hacia el año de 1568, los primeros en inaugurar representaciones al aire libre en la plazuela de San Pedro (Lima). Estas funciones se hacían en las tardes; pero después, se programaron en horario nocturno.
Es así que a inicios del virreinato, las primeras presentaciones teatrales se daban en los atrios de las iglesias, con el público en la plaza frente del templo, con el transcurso de los años, las presentaciones eran sobre tabloides de madera ubicados en el centro de la plaza, finalmente, ya cuando el teatro entra en apogeo, las presentaciones teatrales se daban en coliseos, como el denominado coliseo de las comedias de Lima (las comedias gozaban de la predilección del público antes que el drama). El teatro virreinal principalmente en la ciudad de los Reyes (Lima) ya se había beneficiado con mejoras en infraestructura hasta el siglo XVIII, desafortunadamente el terremoto de 1746 destruyó el Teatro principal de la ciudad, Inmediatamente fue reconstruido por el dramaturgo e icono de la ilustración y el pensamiento intelectual rebelde, Pablo de Olavide, lo que originó un conflicto entre la iglesia y la administración virreinal porque los principales templos de Lima demandaban reparaciones, en ese sentido acusaban de gasto impío aquella reconstrucción del teatro, como era lógico el Limeño Pablo de Olavide fue señalado responsable, entonces deshonrado Olavide viaja a España y es allí donde reforma la escena teatral con su espíritu rebelde. El Teatro Principal de Lima, hoy llamado Teatro Segura aún existe.
Además de Olavide, Logró celebridad como dramaturgo, el intelectual Pedro de Peralta Barnueva, quien compuso obras que constituyen la representación peruana en el teatro colonial, como el drama “triunfo de amor y poder”, y la comedia “Afectos vencen fuerzas” Asimismo, se destaca el drama incaico, compuesto en quechua, denominado Ollantay, aparecido en el siglo XVIII, donde el párroco Pedro Valdés, quien recogió la leyenda incaica, y la adoptó con mentalidad europea para su puesta en el teatro.
Se destacó en el siglo XVIII a una gran actriz, que se convirtió en un antecedente de las grandes divas que proliferaron en el siguiente siglo: Micaela Villegas y Hurtado (1748-1819), más conocida como La Perricholi, considerada la reina de los escenarios limeños. Fue y sigue siendo fuente de inspiración para una vasta producción intelectual que abarca géneros diversos de obras poéticas, dramáticas, musicales, cinematográficas y de las artes plásticas.
Oratoria
Durante el virreinato, el ejercicio de la oratoria estuvo circunscrito a la oratoria de carácter religioso y sacramental. En este aspecto destacaron los jesuitas por sus sermones dominicales o en las grandes festividades también se cultivó esta actividad en la enseñanza, especialmente en los colegios máximos y, preferentemente, en la cátedra universitaria.Medicina
El conocimiento médico durante el virreinato fue rudimentario y empírico. A pesar de enseñarse en las universidades, la medicina solo se restringió a aminorar las dolencias que no causaban muerte, como el caso de un resfrío o torceduras de huesos. Cuando el enfermo se agravaba el médico ya no tenía mucho por hacer pues no poseía la técnica ni los conocimientos necesarios para curar enfermedades como el cáncer, hidropesía, apoplejía, "alfombrilla" o tercianas, muy comunes y estudiadas durante el virreinato.Fue común que los barberos, entre sus muchas actividades, se dedicaran a la práctica empírica de la medicina. Los escritos indican que fueron especialistas en sacar muelas y en preparar ungüentos y "parches" para los huesos. Barbero y médico empírico fue San Martín de Porres antes de consagrarse hermano lego dominico.
La capital virreinal
La opulencia de Lima
La riqueza encontrada y extraída del territorio del antiguo Imperio inca, además de los yacimientos minerales de Potosí y Charcas, dio la posibilidad de una vida social intensa y llena de ostentosos dispendios.En Lima, la tres veces coronada ciudad, se fue creando un boato, una magnificencia, una opulencia y una vida cortesana de un nivel al que llegaban escasas capitales europeas.
La autoridad del virrey, como representante del rey era particularmente importante, ya que este destino suponía un ascenso político y social y la culminación de una carrera en la administración indiana.
Las llegadas a Lima de los nuevos virreyes eran especialmente fastuosas. Para la ocasión, se adoquinaban las calles con barras de plata desde las puertas de la ciudad capital hasta el Palacio del Virrey. A todo lo largo de esta misma vía, se levantaban arcos al estilo del Imperio romano, adornados con pinturas y esculturas. Además, el virrey disponía para su persona de un cuerpo de protección y escolta, la Compañía de Gentileshombres, Lanzas y Arcabuces.